lunes, 29 de septiembre de 2014

El nuevo modelo energético para Canarias

José Folgado Blanco, Presidente de Red Eléctrica Española

Los días 10 y 11 de julio estuve en Canarias para comentar con los medios de comunicación, autoridades y empresarios los planes de inversión que tiene previsto realizar Red Eléctrica de España (REE) durante los próximos tres años en las Islas Canarias en cumplimiento de la planificación de inversiones eléctricas aprobada por el Gobierno de la Nación. Las inversiones en curso y otras no iniciadas incluidas en el Programa Anual 2012 ascienden a 321 millones de euros y los nuevos proyectos aprobados y publicados en el BOE en julio pasado como modificación de la planificación energética, ampliándola, añaden otros 489 millones de euros. En total, REE tiene el reto de invertir en Canarias en redes eléctricas, subestaciones y cables submarinos 810 millones de euros desde ahora hasta concluir 2016, cuya finalización podría extenderse a lo largo de 2017 en función de dificultades técnicas o administrativas en ejecución. Aquí no están incluidas otras inversiones posibles como las correspondientes a las instalaciones de bombeo o a la interconexión Gran Canaria / Fuerteventura, que posiblemente forme parte de la próxima planificación a 2020.

Todo este cúmulo de inversiones eléctricas que ha de realizar REE son pieza esencial para hacer realidad un nuevo modelo energético, más seguro y estable, más sostenible ambientalmente y más eficiente económicamente. El Gobierno central ha tenido la valentía de llevar a cabo este cambio de modelo que es, a mi entender, extraordinariamente positivo para Canarias y muy exigente para todas las administraciones públicas y para las empresas implicadas en el proyecto. La población canaria, como el resto de España, desea progresar y sabe que, para lograrlo, la oferta de energía eléctrica debe estar revestida de tres características: seguridad de suministro, es decir, que no haya apagones o que sean mínimos; que sea competitiva o sea a un precio razonable, y también que sea sostenible, es decir, no contaminante. Estos son los tres principios de la UE en materia de energía y debemos prepararnos para cumplirlos en la etapa de expansión económica que ya se ha iniciado y que deseamos sea intensa y duradera.

Es cierto que el sistema eléctrico canario dista mucho de cumplir satisfactoriamente con esos tres principios de seguridad, competitividad y sostenibilidad. Hay que cambiar el modelo, empezando por la estructura de fuentes de generación. La energía eléctrica se genera en Canarias en un 92% con productos fósiles, derivados del petróleo y sólo en un 8% con energías renovables autóctonas. El fuel, en particular, que representa el 57% de la energía eléctrica generada, tiene tres graves inconvenientes: es altamente contaminante, se importa en su totalidad y, a diferencia de lo que ocurre en la Península, resulta más caro que las fuentes renovables. En unas islas en las que la principal fuente de riqueza es el turismo, parece especialmente indicado y urgente reducir la contaminación ligada a la generación eléctrica. Por otra parte, las importaciones energéticas de productos fósiles inciden muy negativamente en nuestra balanza comercial hasta el punto de ser un factor limitador del crecimiento. Por último, frente a un diversificado mix de generación en la Península, esta concentración de productos fósiles en la generación eléctrica es tan elevada que genera un sobrecoste para el conjunto del sistema, que tenemos que pagar entre todos, de no menos de 1.200 millones de euros al año.

Todas las anteriores son razones suficientemente poderosas para establecer un nuevo modelo en el que se vaya sustituyendo generación de fuel por fuentes renovables (eólica y solar principalmente). Ello obliga a realizar notables inversiones en redes y subestaciones para la evacuación adecuada de esa nueva fuente de generación. Ahora bien, las energías renovables, pese a sus evidentes fortalezas y ventajas, tienen una limitación y es que son intermitentes (viento y sol). Como la demanda de electricidad no se va a adaptar a esas circunstancias naturales variables y la electricidad es un bien no almacenable de manera significativa, resulta preciso establecer las adecuadas energías compensatorias de manera estable y con garantías. Estas energías de apoyo no pueden ser otras que el gas con ciclos combinados y la hidráuli-ca reforzada con centrales de bombeo.

REE, como transportista y gestor de esa red y operador del sistema, tiene prohibido dedicarse a tareas de generación; no obstante, la ley le otorga la función de bombeo siempre que sea para la estabilidad y seguridad de suministro. De nuevo aquí entra en escena REE con inversiones tanto para evacuar la energía de origen renovable como para bombeo con fines de estabilidad del sistema. Por último, esa estabilidad del sistema y la seguridad de suministro ganarán muchos enteros en la medida en que el sistema sea más amplio, uniendo en lo posible las diferentes islas con cables submarinos. Es lo que estamos haciendo con un segundo cable entre Lanzarote y Fuerteventura, y el de Tenerife y La Gomera.

Todos estos proyectos suponen un volumen enorme de inversiones que eleva exponencialmente el nivel de las mismas que estamos realizando durante los últimos años a partir de la adquisición por REE de los activos de transporte eléctrico de Endesa a finales de 2010.

Debo hacer, para terminar, una doble reflexión de cara a la ejecución de ese nuevo modelo energético. En primer lugar, los soterramientos de redes deben quedar circunscritos a zonas urbanas y trayectos cortos, y así lo tiene establecido el Gobierno, no sólo por razones económicas, ya que el coste de inversión se multiplica por diez, sino también por otras muchas complicaciones técnicas en ejecución y funcionamiento, sin aparentes ventajas medioambientales significativas. Ésta es la razón por la que, en todos los países del mundo, el soterramiento del transporte eléctrico de alto voltaje es totalmente residual. En segundo lugar, un plan tan ambicioso de nuevo modelo energético sólo puede ser implementado mediante la adecuada coordinación de todas las administraciones involucradas y su implicación para agilizar los procesos administrativos, en especial aquellos que tienen que ver con la ordenación del territorio y la protección del medio ambiente. Hay que tener altura de miras. Nosotros estamos a disposición de las administraciones para cumplir en su totalidad y con la máxima solvencia lo que es nuestra obligación en materia de inversiones y como operador del sistema. Si logramos entre todos llevar a cabo estos compromisos en materia energética, Canarias iniciará un periodo de desarrollo económico y prosperidad social sin precedentes.


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